miércoles, 15 de septiembre de 2010

HECTOR LAVOE "PUERTO RICO"


Héctor J. Pérez nace de una familia humilde en Ponce, Puerto Rico. Hijo de Francisca Martínez (Panchita) y de Luis Pérez (Lucho). A sus 7 años de edad fallece su madre, es el comienzo de muchos golpes en su vida. Desde niño le fue inculcada la música y a la edad de 14 años ya cantaba por su pueblo. A la edad de 17 años, impulsado por necesidades económicas y para mitigar el dolor que aún conservaba por el fallecimiento de su madre, se marcha a Nueva York a buscar un mejor futuro y sacar fruto de sus habilidades.
En Nueva York, Pérez Martínez conoció a Willie Colón y a Johnny Pacheco, copropietario del sello Fania Records y formó parte de la banda del primero, logrando varios éxitos debido a la calidad interpretativa de la banda de Colón y el sonido especial que el puertorriqueño le imprimía a sus interpretaciones (mezcla de un estilo desafiante y callejero). En el circuito salsero de Nueva York esta banda fue conocida como The Bad Boys. El binomio formado por Willie Colón y Héctor Lavoe es considerado, tanto por la crítica como por los admiradores, como uno de los más importantes de la historia de la salsa.
Desde 1967 a 1973 produjeron varios discos, entre los que destacan "La gran fuga", "Cosa nuestra", "Lo mato (Si no compra este disco)", "El juicio" y los dos volúmenes de "Asalto navideño", del que se consagraron canciones como "Juana Peña", "Barrunto", "Calle Luna calle Sol", y "La murga de Panamá" (de donde, se asume, se acoplaron los arreglos de trombón para la salsa).
En 1973, Colón decide dedicarse a la producción y su familia. Se separó de su banda, dejándosela a Héctor Lavoe. Más tarde, Willie Colón se uniría con el panameño Rubén Blades para formar otro binomio exitoso en la salsa. A pesar de esta separación, Colón siguió colaborando con Lavoe en la producción de varios de sus álbumes como solista.
Desde 1975, Lavoe inicia su carrera y lanza los discos "La voz", "De ti depende" y "Comedia", que contenían canciones como "Periódico de ayer", de la autoría de Tite Curet Alonso, y la canción que se convertiría en su estandarte, compuesta por Rubén Blades, "El cantante". Durante esta época, Lavoe participó también en las giras que realizaba la Fania All Stars junto con las demás estrellas salseras de esa época.
Se hizo merecedor de apodos como "La voz" por su destreza para interpretar las canciones que otros, como el mismo Johnny Pacheco, compusieran para él. Además se le ha llamado "El hombre puntual" o "El Rey de la Puntualidad", gracias a un suceso en África, ocurrido por su afición a las fiestas, y también "El hombre que canta hasta debajo del agua", por su virtuosismo.
Hector siempre impartió un estilo único, nunca demostró aires de arrogancia y siempre fue humilde. Lanzo discos con éxitos como "Recordando a Felipe Pirela" (1979) "Feliz navidad", "El sabio" (1980), "Qué sentimiento" (1981), "Vigilante" (1983) el "Reventó" en (1985) con los temas: "La Vida es bonita" y "La fama". Además de las ya citadas, hizo famosas canciones como "El Todopoderoso", "Paraíso de dulzura", "Triste y vacía", "La verdad" "Un amor de la calle", "Mentira".
Pero el inicio de los años 80 estuvo marcado de eventos trágicos para Lavoe. La fractura de sus piernas al saltar por la ventana de su apartamento de Queens debido a un incendio, fue un hecho que se conjugó con su adicción a las drogas para hacer de él un hombre sumido en la depresión y al borde del precipicio.
Los conciertos del llamado 'Cantante de los Cantantes' o 'Sonero de los Soneros', siempre rebosaron de gente y fanáticos. Sin embargo, la habilidad del cantante fue menguando, hasta llegar al extremo de cantar con una voz irreconocible y postrado en una silla en medio del escenario.
El domingo 26 de junio de 1988, luego de la suspensión de un concierto de Lavoe en Bayamón, Puerto Rico, y debido a la poca convocatoria, Héctor se retira deprimido al Hotel Regency de la Avenida Condado donde se hospedaba y se lanza al vacío del noveno piso. La caída no le produjo la muerte, pero sí la parálisis de medio cuerpo. Este sería su segundo brinco desde una edificación sin morir el primero por un incendio-. Aún en estado de parálisis parcial, Lavoe tuvo que cumplir con su contrato y presentarse a algunos conciertos producto de una manipulación por sus representantes, sin que su estado físico y emocional tuviese relevancia. La depresión en que se hallaba, por una vida llena de sobresaltos, la soledad en la que se encontraba en sus últimos días (pues apenas recibía visitas esporádicas de alguno que otro amigo), su situación económica, el crecer sin su madre, el asesinato de su hermano, la muerte de su padre, el asesinato de su suegra y la muerte accidental de su hijo fueron el empujón que faltó para que este artista cayera definitivamente.
Desde entonces permaneció retirado en Nueva York, aunque el mismo año de su fallecimiento salió al mercado un último disco, "Héctor Lavoe & Van Lester: The Master and the Protege".
Héctor Lavoe murió el 29 de junio de 1993 en el Memorial Hospital de Queens, cinco años después de su fallido intento de suicidio. Fue enterrado en el cementerio Saint Raymond de Queens, Nueva York, y nueve años después, tal como él mismo pidió, gracias a la gestión realizada por otro famoso cantante de salsa, compañero suyo, el señor Ismael Miranda, sus restos fueron llevados a su ciudad natal, Ponce en Puerto Rico.



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